Contenidos


Saturación de oxígeno en sangre

Qué es la saturación arterial de O2 y cómo se mide con el medidor oxímetro de dedo o pulso, valores normales de pulsioximetría.

La saturación de oxígeno es la medida de la cantidad de oxígeno disponible en el torrente sanguíneo. Cuando la sangre se bombea desde el corazón al cuerpo, primero pasa a través de los pulmones, donde las moléculas de oxígeno se unen a las células rojas de la sangre (eritrocitos) con el fin de ser llevado al resto del cuerpo. El porcentaje de eritrocitos que están completamente saturados con oxígeno se conoce como saturación arterial de oxígeno o nivel de oxígeno en sangre.


La saturación de oxígeno en la sangre saludable y normal es de entre un 95% y un 100%, pero los pacientes con enfermedad pulmonar a menudo tienen un porcentaje más bajo a menos que utilicen oxígeno suplementario.

Un medidor llamado oxímetro de dedo (o de pulso) se utiliza generalmente para determinar la saturación de oxígeno. Se trata de un pequeño dispositivo que se sujeta en el lóbulo del dedo o la oreja del paciente y lanza dos rayos de luz, uno rojo y otro infrarrojo, a través de la piel del paciente. Los haces de luz permiten al pulsioxímetro leer pequeños cambios en el color de la sangre del paciente causada por el pulso, lo que a su vez proporciona una estimación inmediata de la saturación de oxígeno en la sangre. Los oxímetros de dedo son más precisos cuando el pulso es fuerte.

Para una lectura más precisa de la saturación de oxígeno arterial, se puede realizar una gasometría. Esta prueba puede ser un poco más dolorosa que otros análisis de sangre (ya que se extrae de una arteria y no de una vena) pero la prueba es rápida y generalmente bien tolerada y con un riesgo mínimo para el paciente. Los resultados de una gasometría están disponibles en cuestión de minutos.

Los pacientes con niveles de oxígeno en sangre por debajo de 90% (saturación de oxígeno baja) se considera que tienen hipoxemia, y un nivel de oxígeno en la sangre por debajo del 80% se conoce como hipoxemia severa. La dificultad para respirar es el síntoma principal de la hipoxemia. Hay varias causas para esta enfermedad, como la enfermedad cardíaca congénita, un bajo gasto cardíaco y la enfermedad pulmonar intersticial.

Otras enfermedades pulmonares que podrían causar hipoxemia son fibrosis pulmonar, enfisema, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA), anemia, obstrucción de las vías respiratorias, colapso pulmonar, acumulación de líquido en los pulmones, y apnea del sueño. Los pacientes con hipoxemia pueden recibir oxígeno para aumentar la saturación de oxígeno en la sangre y, por lo general, se les recomienda no fumar, evitar los contaminantes del aire, como el humo de segunda mano, y hacer ejercicio con regularidad si es posible. La enfermedad pulmonar o cardíaca crónica tiene que ser tratada bajo el asesoramiento de un especialista con el fin de mantener una salud óptima.